sábado, 26 de noviembre de 2016

Capítulo 4

BARNEVELD
CAPÍTULO 4: VOLVER A AMAR



BARNEVELD, HOLANDA
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GRANJA WOLDMAN
EXT. / CASA, PATIO / DÍA
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Frederick les cuenta a sus padres lo ocurrido en el banco.

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Sofie: Dios mío, pero es terrible lo que nos cuentas, hijo. ¿Estás seguro?

Frederick: Sí, mamá, Willem me lo confirmó. Eveline Brunner planea hacer una mega granja que podría arruinar a los pequeños ganaderos como nosotros. Tenemos que movilizar a todo el pueblo para impedirlo.

Gerard: Hablaré con los vecinos, con los Texel, seguro nos echarán una mano en esto.

Sofie: Nunca me gustó esa vieja, es una avariciosa que no se ve harta de hacer dinero. Y el hijo… el hijo es igual que ella, igual que su difunto padre. Esa gente solo piensa en el dinero, los ricos cuanto más tienen más quieren.

Frederick: Tengo que contárselo a Giselle. Mi hermana debe saber la clase de gentuza para la que está trabajando. Voy a llamarla por teléfono ahora mismo. (Tomando su móvil del pantalón)

INT. / FÁBRICA DE QUESOS BRUNNER, DESPACHO DE ALBERT / DÍA
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Giselle entra en la oficina de Albert sin tocar a la puerta, muy indignada y visiblemente enfadada. La joven cierra de un brusco portazo a la puerta al entrar. Albert está sentado a su escritorio delante de su laptop.

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Giselle: ¡Ahora mismo me vas a decir como es eso que de piensan montar una mega granja en este pueblo!! (Furiosa)

Albert: ¿Qué? ¿Se puede saber de qué demonios estás hablando Giselle?

Giselle: No te hagas el tonto que ya lo sé todo, desgraciado. Mi hermano Frederick acaba de llamarme para contarme los planes de tu madre.

Albert: ¿Planes? ¿Pero qué planes? ¿Qué dices? No sé de que me hablas. (Se levanta de la silla)

Giselle: ¿Ah no? Pero serás cínico y descarado, chico. Eres un…

Albert: ¡Bueno ya basta! ¡Ahora mismo te vas a calmar y me vas a explicar que es lo que pasa!

Giselle: Me acabo de enterar que la señora Eveline Brunner tiene planes para crear una granja enorme con más de 1200 vacas. Eso arruinará a varias familias… ¡Incluida la mía! Mis padres y mi hermano viven de la leche.

Albert: Yo… yo no sé nada de esos planes, mi madre no me ha comentado nada sobre…

Giselle: Ya claro y esperas que me lo crea. ¿Verdad? ¡Anda ya Albert! ¿Cómo que no lo sabes? ¡Eres hijo de esa maldita mujer! Con razón todo el mundo habla pestes de ella y de ti en Barneveld. Eres un desgraciado, un miserable… ¿Cómo pueden hacernos esto?

Albert: ¡Cálmate! No te permito que me hables de esa manera. Soy tu jefe. ¿Te queda claro?

Giselle: No querido, eras mi jefe porque ahora mismo presento mi renuncia.

Albert: ¿Cómo que tu renuncia, te volviste loca? ¡Tienes una hija! No puedes dejar un trabajo así como así.

Giselle: Ya encontraré otro, pero no pienso seguir en esta empresa ni un solo día más. Son despreciables…

Albert: ¡Basta Giselle! Te estás pasando. Yo no sabía nada de eso que me cuentas. No tenía ni idea. Te lo juro, si no me crees me da igual pero tengo la conciencia muy tranquila porque te estoy diciendo la verdad.

Giselle: No me importa que no lo supieras, tu madre es una avariciosa que sólo quiere hacerse dueña de todo el pueblo. Anda comprando granjas la muy ladina… ¡Y con la que piensa montar va dejar en la calle a mi familia también!!

Albert: Si mi madre quiere crear esa granja tan grande, pues imagino que sus razones tendrá, lo hará por la empresa, para que nos salga más barata la leche para la fábrica. Es pura estrategia comercial, mujer. (Se acerca a ella)

Giselle: ¿O sea que estás de parte de ella? Lo sabía…

Albert: Yo no he dicho eso…

Giselle: Mira Albert, primero fue lo del beso de Munich, te piensas que soy una cualquiera que busca novio con su marido recién muerto. Y ahora me entero de la clase de gentuza que son tu y tu familia. Mucha gente vive de las vacas en esta región. Si montan esa granja, la mayoría tendrán que echar el cierre. ¿Eso es lo que quieren?

Albert: No, claro que no, yo no quiero hacerle daño a nadie y mucho menos a tu familia pero… los negocios son así.

Giselle: Eres un infeliz… (Se da la vuelta para irse pero él la toma del brazo)

Albert: ¿A dónde crees que vas, Giselle? No hemos terminado esta conversación todavía.

Giselle: ¡Suéltame!! ¡No me toques Albert! (Furiosa, se revuelve) ¡Que me sueltes te digo!

En ese momento entra en el despacho doña Eveline. Escuchamos música incidental.

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Eveline: ¿Se puede saber que está pasando aquí? ¡Albert! ¡Giselle!!

Giselle: La que faltaba… (Soltándose de Albert)

Albert: Mamá, puedo explicarte. Giselle y yo estábamos discutiendo porque…

Giselle: Yo ya me iba… (Se marcha)

Eveline: ¿Qué pasa? ¿Qué escándalo era este? ¿Qué te traes con esa mujer?

Albert: ¿Es cierto que piensas montar una granja gigantesca en este pueblo?

Eveline: Sí… así es. ¿Quién te lo dijo?

Albert: ¿Por qué no me dijiste nada antes, mamá? ¡Soy el director de esta empresa!

Eveline: ¡Y yo la presidenta! Recuérdalo. Tu padre me dejó en ese cargo al morir. Tengo derecho a tomar las decisiones que me de la gana.  Y cambiando de tema ahora me vas a decir que es lo que pasó con tu mujer. Acaban de decirme que discutiste con ella y con Johan.

Albert: No me hables de esa vagabunda, que no la quiero ver ni en pintura nunca más en mi vida.

Eveline: ¿Qué es lo que está pasando entre ustedes? ¡Habla!

Albert: ¿Que qué está pasando? Que Marlene me engaña con Johan, mamá. ¡Mi mujer me pone los cuernos!! (Furioso)

Eveline: ¿Quéeee? ¡Oh Dios mío!! Esto va a ser un escándalo en todo el pueblo.

Albert: No me importa lo que piense la gente de Barneveld, me voy a divorciar de Marlene. Y eché a la calle al traidor de Johan.

Eveline: Vamos a ser la comidilla de todo el mundo… que vergüenza por el amor de Dios, pero qué vergüenza más grande.

Albert: Me da igual eso ahora. Tenemos que hablar sobre lo de tu proyecto. No puedes hacerle eso a la gente del pueblo, hay muchas familias que viven de las vacas, la de Giselle es una de ellas.

Eveline: Ah es eso, por eso estás tan molesto, por esa. No si al final voy a entender que Marlene se buscase otro, normal, no la tenías atendida porque andabas tras las faldas de esa piruja.

Albert: ¡Basta mamá! No te permito que hables así de Giselle. ¿Entendiste?

Eveline: Pero mírate, mira como la defiendes. ¿Te gusta esa mujer, verdad? ¡Te gusta, admítelo! Marlene tenía razón, te gusta esa tipa. Una mugrosa granjera…

Albert: Ella no es granjera, y aunque lo fuera seguiría sintiendo lo que siento por ella.

Eveline: ¿Cómo así que lo que sientes por ella?

Albert: Estoy enamorado de Giselle, mamá.

Eveline: ¿Qué? ¡Primero muerta que permitir que mi hijo ande con una piojosa ganadera de vacas! ¿Me oyes Albert? ¡Primero muerta!

Albert: No voy a discutir esto contigo, mamá, se acabó la conversación.

Eveline: Me marcho, pero ni sueñes que voy a cancelar el proyecto de la mega granja. ¿Me has escuchado? El plan va adelante, te guste o no te guste. (Se marcha furiosa)

Albert: ¡Maldita sea! ¡Hoy todo son problemas! Primero Marlene, luego Giselle y ahora mi madre. Estoy harto ya de todo y de todos… ¡Harto!! (Dando un puñetazo en la mesa)

INT. / FÁBRICA DE QUESOS BRUNNER, DESPACHO DE JOHAN / DÍA

Johan está recogiendo sus objetos personales pues como sabemos ha sido despedido de la empresa por Albert. En su oficina el villano y Marlene discuten también. Pero ambos no saben que tras la puerta está Giselle que pasaba por el pasillo y les ha oído hablar. La joven escucha toda la conversación.

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Marlene: No puedes irte de esta empresa, tienes parte de las acciones.

Johan: Apenas un cinco por ciento, tomaré mi parte del dinero y me iré lejos, muy lejos de este pueblo.

Marlene: No puedes dejarme, estoy embarazada, Johan, vamos a tener un bebé.

Johan: Si me amas como dices, ven conmigo.

Marlene: ¡No! No voy a irme contigo a ninguna parte. Mi vida está aquí, en Barneveld.

Johan: ¿Y qué piensas hacer, en qué vas a trabajar? Te recuerdo que tu maridito te ha puesto de patitas en la calle, seguro te va a pedir el divorcio y te vas a quedar con una mano delante y otra detrás. El hijo que esperas no es suyo, ni tampoco es de una inseminación, así que Albert no tardará en descubrirlo.

Marlene: Voy a acabar con esto de una vez…

En el pasillo, Giselle habla consigo misma.

Giselle: Dios mío, estos dos se entienden, son amantes… La muy zorra va a tener un hijo de Johan. No me lo puedo creer.

Dentro del despacho Marlene y Johan continúan su conversación.

Johan: ¿Hacer qué? El plan que teníamos para eliminar a Albert no sirve de nada. ¡Ahora es demasiado tarde para llevarlo a cabo. ¡Albert lo sabe todo, todo!

Mientras, en el pasillo, tras la puerta…

Giselle: ¡No puede ser! (Con una mano en la boca) ¿Planeaban matar a Albert?

Al mismo tiempo, en el despacho…

Marlene: Si eliminaste a aquel tipo de Rotterdam que sabía lo nuestro, puedes acabar con Albert también.

Johan: ¿Hablas de Hans?

En el pasillo, Giselle se queda completamente horrorizada.

Giselle: ¡Oh Dios mío!! ¡Fueron ellos, Johan mató a Hans!! ¡Lo mataron ellos!!! (Alucinada)

Dentro de la oficina…

Marlene: Ese imbécil sabía que yo era la esposa de Albert, trabajaba en la filial de Rotterdam y nos vio besándonos aquella mañana en el párking de los almacenes.

Johan: Tuve que cortarle los frenos del coche, no podía arriesgarme a que Albert descubriera nuestro secreto…. Pero ahora no es lo mismo, ya no hay nada que hacer. Albert no nos serviría de nada muerto.

Marlene: Ya pero tiene una póliza de seguro de vida, si le pasa algo estando aún casado conmigo, me quedaría cubierta de por vida.

Johan: ¿Quéee? ¿Hablas en serio?

Marlene: Muy en serio, me enteré hace poco. Un día ví unos papeles en casa por casualidad, sé de lo que hablo.

Tras la puerta, Giselle habla sola.

Giselle: Dios mío… son unos asesinos. Ellos mataron a Hans y ahora planean matar también a Albert. Tengo que ir con la policía…

Pero cuando la joven se dispone a marcharse, Marlene abre la puerta del despacho y la sorprende en el pasillo.

Marlene: ¡Así que escuchando detrás de las puertas, eh Giselle! (La toma del brazo y la mete en el despacho) ¡Ven acá desgraciada, ven acá! (Cerrando la puerta con llave por dentro)

Johan: ¿Qué ocurre? ¿Qué hace esta aquí?

Marlene: La muy zorra nos ha oído, tenemos que callarle la boca.

Giselle: No sé de que me hablas Marlene, yo no escuché nada, se lo juro a los dos.

Marlene: ¡Ya no me mientas, estúpida, que no te queda! ¿Desde cuándo hace que estabas ahí, desgraciada, desde cuándo? ¡Habla! (la zarandea con violencia)

Giselle: ¡Suéltame Marlene, me estás lastimando!

Marlene: Furcia barata… Albert no me toca desde hace meses y todo por culpa tuya, yo lo sé, malnacida. Desde el primer día en que te conocí supe que algo te traías con mi marido, desgraciada.

Giselle: ¡Eso no es cierto, a mi no me interesa Albert!!

Marlene: ¡Cállate!!! (La pega una bofetada)

Giselle: ¡Ahhh!!! (Se lleva una mano al rostro)

Marlene: Eres una…

Giselle: ¿Una qué? Aquí la golfa es otra, que ya sé lo tuyo con Johan, lo sé todo.

Marlene: Maldita cegata piojosa… ¿Ves lo que te decía Johan? ¡No podemos dejarla marchar!

Johan: Tienes razón… no podemos arriesgarnos a que le cuente nada a Albert o a la policía.

Giselle: Miserables, ustedes dos mataron a mi marido, a Hans, y ahora quieren hacer lo mismo con el señor Albert. ¡Son un par de asesinos!!

Marlene: ¡Que te calles la boca, maldita infeliz, cállate!!!

En ese momento Marlene la sacude una brutal bofetada que tira a Giselle contra una butaca. La villana se abalanza sobre ella y se enzarza a golpes con la joven pero Giselle se defiende tomándola del cabello con fuerza. Ambas protagonizan una auténtica pelea de gatas. Johan recoge sus cosas y se marcha del despacho a toda prisa, dejando a las dos mujeres solas a bofetadas y puñetazos. Escuchamos música incidental.

Giselle: ¡Suéltame Marlene, ahhh!!!

En la pelea la dos tiran todos papeles que hay sobre escritorio, un jarrón y un portarretratos.

Marlene: ¡Voy a acabar contigo, desgraciada!! ¡Te lo juro!!! No me vas a meter presa, antes te mato, mugrosa. ¡Te juro que te matooo!!!

La villana la zarandea del cabello, del cuello, Giselle la suelta una brutal bofetada. Marlene le propina un fortísimo puñetazo a nuestra protagonista. Ambas siguen la pelea en el despacho.

Giselle: ¡Eres una psicópata, una loca desequilibrada!! ¡Vas a pagar por lo que hiciste, desgraciada, vas a pagar por haber mandado matar a mi marido!!! (La pega una bofetada)

Marlene: ¡AHHHH!!!! (Cae al suelo)

Giselle: ¡Te voy a matar, Marlene!! ¡Asesina!! ¡Eres una asesina!!!

En ese momento Giselle se abalanza sobre Marlene y la sacude varias bofetadas. La villana la tira de los pelos y se defiende como gata panza arriba. Giselle y Marlene continúan enzarzadas en el despacho. Escuchamos música incidental.

Marlene: ¡Suéltame, cegatona, suéltameeee!!! (Arañándola el cuello con rabia)

Giselle: ¡Ahhhh!!! (Las dos mujeres se separan y se ponen de pie)

Marlene: ¡Voy a acabar contigo, desgraciada, te lo juro!!!

Giselle: ¡Vas a acabar tus días en una cárcel, maldita criminal! ¡ASESINA!!!

Marlene: ¡Cállateeeee!!!!

Escuchamos música incidental. En ese instante Marlene se lanza contra ella y la empuja hacia la ventana. Ambas atraviesan los cristales en medio de una escena espectacular. Marlene y Giselle caen de un primer piso. Las dos aterrizan agarradas sobre un toldo y ruedan hacia el jardín. Ambas caen sobre una mesa de cristal. Escuchamos música incidental.

EXT. / PLAZA DEL PUEBLO / DÍA

Mientras tanto, lejos de allí, en la plaza mayor de Barneveld, numerosos granjeros de la zona se han congregado ante el ayuntamiento en una manifestación. Hay pancartas contra la mega granja de Eveline Brunner. En la parte delantera de dicha manifestación van Frederick y su padre Gerard seguidos de decenas de personas. La marcha planea caminar por la principal avenida de Barneveld hasta la fábrica de quesos Brunner.

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Frederick: ¡No a la nueva granja! ¡No a la mega granja Brunner!

Gerard: ¡No a la nueva granja!!

Gente: ¡No a la nueva granja!!!

Todo el mundo corea las consignas de la manifestación, con varias pancartas. La marcha de ganaderos avanza como una oleada por el pueblo.

GRANJA WOLDMAN
INT. / CASA, COCINA / DÍA

Sofie y Paula conversan en la cocina.

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Paula: ¿El abuelo y tío Frederick se fueron a una manifestación, abuelita?

Sofie: Sí cariño, a esta hora deben estar a punto de llegar a la fábrica de quesos donde trabaja tu madre.

Paula: Pufff, la que se va a montar hoy en Barneveld…

Sofie: Es la única forma que tenemos de detener el proyecto de esa maldita mujer.

Paula: Ojalá lo consigan, abuela. (Triste)

Sofie: Ojalá, mi vida, ojalá… (Pensativa)

EXT. / FÁBRICA DE QUESOS BRUNNER, JARDÍN / DÍA

Sobre el césped del jardín de la empresa están Giselle y Marlene, ambas doloridas por la caída. Marlene recobra el conocimiento y…

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Marlene: ¡Maldita loca, por poco me matas, desgraciada!!

Pero Giselle no reacciona, sigue sin sentido. La caída ha sido brutal.

Marlene: Tengo que irme de aquí, tengo que largarme cuanto antes. ¿Dónde demonios se habrá metido el imbécil de Johan, dónde?

Pero en ese instante la mujer sufre fuertes dolores abdominales. Marlene tiene una hemorragia vaginal que mancha de sangre su pantalón. Es un aborto. La villana se resiente del abdomen, encogida.

Marlene: ¡AHHHH!!!! ¡AHHHH!!! Dios mío, mi bebé. ¡No, noooooo!! ¡NOOOOOOO!!!!!!

En ese instante Albert se asoma por la ventana del despacho de Johan y ve a su mujer y a Giselle en el jardín. Marlene arrodillada en el suelo, gritando de dolor. Giselle sobre la hierba, como muerta, sin dar señales de vida y con cortes de cristales en la frente y las manos.

Albert: ¡Oh Dios mío!! ¡Giselle!! ¡Marleneee!!! (Se va para bajar al jardín)

Marlene: ¡AHHHHHHH!!! ¡Ayuda por favor, necesito un médico, ahhhhhh!!!!

Los dolores de Marlene son insoportables, la villana se retuerce de dolor mientras su pantalón se empapa de sangre. Albert llega al jardín corriendo a toda prisa.

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Albert: ¿Qué ha pasado? ¿Qué hiciste, Marlene? ¿Qué le hiciste a Giselle? (Se acerca a Giselle)

Marlene: Esa loca me pegó, me dio una paliza y caimos por la ventana las dos.

Albert: ¿Quéee?

Marlene: ¡He perdido al bebé, Albert, estoy sangrando!! ¡AHHHH!!!!

Albert: Dios mío, tengo que llevarte a un hospital. Voy a pedir una ambulancia para Giselle.

Giselle: ¡Deja a esa imbécil!! ¡Ella tuvo la culpa, se me abalanzó como una psicópata!!! ¡Giselle mató a mi bebé!! ¡Ella lo mató!!1

Albert: ¡Ya Marlene, por favor!!! ¡Giselle, reacciona, mi amor, reacciona!!!

Giselle: ¿Mi amor? ¡AHHH!!!! (Retorciéndose de dolor)

Pero Giselle no despierta, Albert toma su móvil de la chaqueta y llama a urgencias.

EXT. / CALLE / DÍA

Johan viaja en su auto, el villano trata de escapar del pueblo ahora que sabe que Giselle ha descubierto que él y Marlene mataron a Hans y planeaban asesinar también a Albert.

INT. / COCHE DE JOHAN / DÍA

Escuchamos música incidental. Johan maneja con rapidez pero al doblar la esquina en una calle se topa con la manifestación de los ganaderos de Barneveld.

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Johan: Maldita sea, ahora una manifestación de mugrosos granjeros…

Así que Johan da marcha atrás y se va por otra calle. El villano acelera el auto pero cuando está por salir ya del casco urbano del pueblo un camión se le aparece inesperadamente.

Johan: ¡AHHHHH!!!!

Su coche se choca brutalmente contra un gran camión que venía de frente, entrando a Barneveld. El choque es muy violento, Johan se empotra contra la parte baja del camión y muere en el acto. Escuchamos música incidental. El conductor del camión logra salir de su vehículo herido pero el coche de Johan estalla en una bola de fuego. La explosión se escucha en todo el pueblo. Los granjeros de la manifestación se detienen en las calles.

INT. / HOSPITAL DE BARNEVELD, SALA DE ESPERA / DÍA

Albert aguarda noticias de Marlene y Giselle, sobre todo de esta última. En ese momento aparece un médico.

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Doctor: Buenas tardes… ¿Es usted el esposo de Marlene Brunner, verdad?

Albert: Sí, doctor, soy yo… ¿Cómo está ella? ¿Se encuentra bien?

Doctor: Sí, lo siento pero su mujer sufrió un aborto. Está muy delicada.

Albert: Dios mío…

Doctor: Lo lamento pero hemos tenido que operar a su esposa. Marlene estaba perdiendo mucha sangre y tuvimos que practicarle una histerectomía completa.

Albert: ¿Una qué?

Doctor: Le hemos retirado el útero y los ovarios. Su esposa no podrá tener más hijos, lo siento mucho.

Albert: ¿Qué? (Alucinado) ¿Y… y la otra mujer? Giselle. ¿Cómo está Giselle?

Doctor: La otra joven está muy grave, la caída fue muy violenta. Lo lamento pero Giselle ha entrado en coma.

Albert: No… no puede ser… ¡No, noooo!!! ¡NOOOOO!!!! (Rompe a llorar)

Escuchamos música incidental. Albert está enamorado de Giselle y el sólo hecho de saber que está en coma o que podría morir le duele mucho más que lo sucedido a Marlene, a quien ya no amaba desde hace tiempo.

En ese instante aparecen en el hospital Frederick y su novia Rebekka.

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Rebekka: ¡Señor Albert!

Frederick: ¿Qué le hicieron a mi hermana, desgraciado? (Le toma del cuello de la camisa)

Albert: Fue… fue Marlene…

Rebekka: ¿Quéee?

Albert: Se pelearon, cayeron por una ventana… Giselle está muy mal, está en coma.

Frederick: Dios mío… (Llorando) ¡Te voy a matar, infeliz! ¡Tú tienes la culpa!!!

Albert: ¡Yo no hice nada!! ¡Nada!!!

Rebekka: Suéltale, mi amor, por favor… El señor Brunner no tuvo la culpa. Fue Marlene, ya escuchaste Frederick.

Frederick: Rebekka es mi novia, ella me contó lo sucedido entre usted y Giselle en Alemania. (Soltándole)

Albert: Tu hermana no me quiere.

Frederick: Giselle tiene una hija… ¡Paula apenas tiene siete años!! Si le pasa algo a mi hermana se quedará huérfana. ¿Sabes lo que es eso?

Albert: Lo siento… yo… yo no sabía que ellas dos podrían llegar a las manos, yo…

Rebekka: Ahora eso no importa, solo importa que Giselle se ponga bien y salga del coma.

Frederick: Maldita familia del demonio, primero la vieja avariciosa de su madre nos quiere hundir a todos en este pueblo, y ahora mi hermana está en coma por culpa de su esposa. ¡Son peor que una plaga!!

Albert: Frederick, te prometo que… que voy a hablar con mi madre para que desista de su proyecto. Haré todo lo que pueda para…

Frederick: ¿Y de que va a servir si mi hermana se muere? Ya me da igual la granja, me da igual todo…

Rebekka: Tranquilo, Frederick, verás como Giselle sale de esta, ella es una mujer fuerte.

Albert: Será mejor les deje solos… (Se va, triste y preocupado)

Frederick: Mis padres deben estar al llegar. Tenían que dejar a la niña en casa de una amiga de camino al hospital.

INT. / HOSPITAL DE BARNEVELD, HABITACIÓN / NOCHE

Giselle está en coma, postrada en una cama, ajena al mundo real. Pero su alma sale del cuerpo y se ve a si misma en esa cama, inerte, sin movimiento alguno salvo una leve respiración. En ese momento el espíritu de Hans se le aparece envuelto en su característico halo de luz blanca.

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Hans: Giselle…

Giselle: ¿Hans? (Volteando)

Hans: ¿Qué haces aquí? Deberías estar cuidando de nuestra hija.

Giselle: ¿Qué pasó, que hago en esa cama? ¿Estoy muerta? Dime que no, por favor… (Llorando)

Hans: No, no has muerto, estas en coma. Te peleaste con Marlene, pero llegué demasiado tarde.

Giselle: Tengo que volver, tengo que regresar con Paula. No quiero morir, Hans.

Hans: Lo sé…

Giselle: Tienes que ayudarme, por favor. Nuestra hija no puede quedarse sola.

Hans: Confía en Dios, él lo sabe todo, lo puede todo…

Giselle: Te echo tanto de menos, mi amor… ojalá pudiera estar contigo pero… pero Paula me necesita.

Hans: Te voy a ayudar pero tienes que prometerme algo.

Giselle: ¿El qué?

Hans: No te aferres al dolor, sigue con tu vida.

Giselle: ¿Qué? ¿Qué quieres decir?

Hans: Albert está enamorado de ti, dale una oportunidad. No tiene por qué ser ahora pero…

Giselle: No Hans, yo aún te sigo amando… No puedo querer a otro hombre.

Hans: Sé que es pronto para eso pero algún día lo harás, créeme. Yo siempre te voy a querer… siempre.

Giselle: Pero yo te necesito, nunca podré olvidarte… (Llorando)

Hans: Y no lo harás pero aprenderás a vivir sin mí. Tienes que hacerlo, quiero que rehagas tu vida y seas feliz.

Giselle: Hans, no… no me digas eso… (Entre lágrimas)

Hans: Sé que descubriste la verdad, Johan y Marlene planearon mi asesinato. Yo les vi besándose en los almacenes de Rotterdam pero no sabía que ella era la esposa de Albert.

Giselle: Pero ellos creían que sí lo sabías…

Hans: No…

Giselle: Dios mío, te mataron por nada… (Llorando)

Hans: Escúchame, vas a despertar y vas a seguir con tu vida. Prométemelo.

Giselle: No puedo hacer eso, no puedo olvidarte… no quiero.

Hans: Debo irme, mi tiempo aquí terminó. Ha llegado el momento.

Giselle: ¿El momento?

Hans: El momento de cruzar al más allá.

Giselle: ¿Quieres decir que ya nunca más volveré a verte?

Hans: Si volverás a verme pero dentro de muchos años…

Giselle: ¿Cuántos?

Hans: Eso no te lo puedo decir… (Sonríe)

Giselle: Te amo…

Hans: Y yo a ti…

En ese instante el espíritu de Hans le da un beso en los labios a Giselle. Ambos se funden en una luz blanca.

Hans: Hasta pronto… (Sonríe y se desvanece)

En ese momento Giselle recupera el conocimiento en la cama. La joven acaba de salir del coma inexplicablemente.

Giselle: ¿Do… donde estoy?

Una enfermera la ve despertar y…

Enfermera: ¡Dios mío, es un milagro!! ¡Doctor Dietrich, doctor Dietrich!!! (Llamando al médico)

AL DÍA SIGUIENTE
INT. / CASA BRUNNER, SALÓN / DÍA

Albert y su madre conversan.

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Eveline: Johan sufrió un accidente ayer. Su coche se estrelló contra un camión a la salida de Barneveld.

Albert: ¿Quéee? ¿Johan se mató? No puede ser…

Eveline: El presidente de la cooperativa de ganaderos de Barneveld acaba de llamarme por teléfono. Van a presentar una demanda en contra de Quesos Brunner por la mega granja.

Albert: Sabía que el pueblo se iba a movilizar en nuestra contra, mamá… Ahora no van a querer vendernos la leche a nosotros.

Eveline: Maldita sea… ¿Qué vamos a hacer?

Albert: Y todo por tu culpa… Vas a dialogar con el presidente de la cooperativa y a cancelar ese proyecto.

Eveline: Está bien, está bien, no habrá granja pero no pienso subirles el precio de la leche.

Albert: Créeme, con que canceles tu descabellado plan, será más que suficiente. O eso espero.

Eveline: Panda de paletos… tu padre tenía razón respecto a la gente de Barneveld… (Se va indignada)
  
INT. / HOSPITAL DE BARNEVELD, HABITACIÓN  / DÍA

Ya en planta, en una habitación, Giselle es visitada por sus padres, su hermano, su cuñada y su hija Paula.

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Paula: ¿Cómo estás mamá? ¿Te sientes mejor?

Giselle: Sí, mi vida, estoy bien, sólo fue un susto.

Frederick: Esa Marlene está loca… ¿Cómo pudo hacer algo así?

Rebekka: La policía acaba de detenerla por intento de homicidio. Esa mujer quiso matarte.

Gerard: Deberían meterla en un psiquiátrico.

Sofie: Eso mismo pienso yo, Gerard.

Giselle: Marlene Brunner fue quien mandó matar a Hans.

Frederick: ¿Quéee?

Giselle: Ella fue el cerebro pero Johan fue quien manipuló los frenos de su coche. Al parecer Hans les vio besarse y por temor a que él contase la verdad… decidieron eliminarlo.

Paula: Asesina maldita…

Frederick: Johan murió en un accidente de coche ayer. Pero si no tienes pruebas contra Marlene, la muerte de Hans quedará impune.

Giselle: ¿Tú crees? Yo creo que Marlene va a pagar en vida todo el daño que hizo.

INT. / PRISIÓN, CONSULTA MÉDICA / DÍA

Un médico conversa con Marlene en la cárcel.

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Marlene: ¿Qué está diciendo doctor?

Médico: Lo siento Marlene, pero aquí tengo el informe del hospital… Lo lamento pero no vas a poder ser madre nunca más. Te hicieron una histerectomía.

Marlene: ¡Nooo, no Dios mío, no me diga eso doctor! ¡Noooo, noooooooooooooo!!!!!

INT. / HOSPITAL DE BARNEVELD, HABITACIÓN / DÍA

Albert ha ido a ver a Giselle. El chico conversa con ella sentado junto a la cama.

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Albert: ¿Cómo estás, cómo te sientes, Giselle?

Giselle: Como si me hubiera pasado un tractor por encima.

Albert: Veo que al menos lo tomas con humor. Eso está bien.

Giselle: Me enteré de que Marlene fue a prisión. Esa mujer quiso matarme. Johan y ella planeaban matarte a ti también para cobrar un seguro de vida.

Albert: Ahora me doy cuenta de que no conocía a la mujer con la que me casé.

Giselle: Marlene y Johan mataron a mi esposo.

Albert: Sí, lo sé, Frederick me lo contó antes en el pasillo.

Giselle: Albert, quería pedirte perdón por todo lo que te dije en la empresa. Estaba muy enfadada.

Albert: No importa, olvida eso. El proyecto fue cancelado. Mi madre ha accedido finalmente a las peticiones de los ganaderos.

Giselle: Qué bueno, me da mucho gusto que al final haya entrado en razón.

Albert: Bueno, sólo quería saber como estabas y despedirme.

Giselle: ¿Despedirte?

Albert: Sí, dijiste que no volverías a trabajar en Quesos Brunner, por lo tanto no nos volveremos a ver más.

Giselle: Albert… por favor, perdóname. No quise ser grosera contigo es que…

Albert: Entiendo estuvieras indignada por lo de la mega granja, es normal que…

Giselle: No es por eso, es… Bueno por lo que pasó en Munich.

Albert: Yo sé que es muy pronto para que rehagas tu vida pero… si algún día decides hacerlo, yo estaré ahí, esperando por ti. (Sonríe) Bueno, si tú quieres.

Giselle: Albert… (Sonríe)

Albert: ¿Qué dices?

Giselle: Que te compres una silla…

Albert: Jajaja, que mala eres.

Giselle: Jajaja, es una broma. Tonto. (Sonríe)

Albert: Me gusta cuando sonríes. (Sonríe él también)

Giselle: Dentro de dos meses es la boda de mi hermano. ¿Te… te gustaría venir?

Albert: ¿Me estás invitando a la boda de Frederick y Rebekka?

Giselle: ¿Quieres? Se casan el 25 de agosto.

Albert: Está bien, consultaré con mi agenda.

Giselle: Pero vamos que si no puedes pues invito a otro… (Se burla)

Albert: Jajajaja.

Giselle: Jajaja.

Ambos sonríen y se miran a los ojos, en el fondo siguen siendo amigos y el tiempo dirá si surge algo más entre ellos.

INT. / PRISIÓN, CELDA / NOCHE


Atormentada al saber que ya no podrá ser madre nunca más, Marlene ha habla consigo misma.

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Marlene: Algún día saldré de aquí y acabaré contigo desgraciada, te lo juro Giselle. Por tu culpa nunca podré ser madre pero me las pagarás... 


DOS MESES DESPUÉS
INT. / IGLESIA DE BARNEVELD / DÍA

Y llegó agosto y el día de la boda de Frederick y Rebekka. Ambos jóvenes están en el altar vestidos de novios y ante decenas de invitados, mientras el sacerdote les da la bendición. En los bancos vemos a Gerard, Sofie, la pequeña Paula, así como a Giselle y a su lado Albert. El cura termina de casar a los novios.

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Sacerdote: Puede besar a la novia.

Frederick y Rebekka se besan, abrazados, la gente aplaude en la iglesia.

Rebekka: Te quiero.

Frederick: Y yo a ti, mi amor. (Se besan nuevamente)

Paula: ¡Vivan los novioooss!!

Todos: ¡Viva!!!!

Mientras, Albert y Giselle se miran a los ojos y tímidamente se dan la mano. Ambos se sonríen y miran hacia el altar mayor del templo. En ese momento el espíritu de Hans aparece por última vez y sonríe. 

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Solamente su hija Paula le puede ver en esta ocasión. Hans sonríe y le guiña el ojo a su hija. La niña sonríe. Hans le dice adiós con la mano, esta vez para siempre. Envuelto en luz, el espíritu de Hans se desvanece. Mientras, Albert y Giselle siguen tomados de las manos a la vez que Frederick y Rebekka caminan por el pasillo central de la iglesia. Escuchamos música y así termina esta historia.

Christian Castro – Volver a amar

Volver a amar, una vez más, nacer de nuevo en ti, en tu mirar…
Llenando con tu luz… las sombras de mi soledad…
Volver a amar, sentir que ya, te quedas junto a mí, que no me dejarás
Y así podré vivir… el dulce amor que tú me das…


¿FIN?